El fideicomiso se conoce como aquel acto jurídico que se realiza para brindar la titularidad de los recursos de los que se dispone, esto para que se administre a beneficio de un tercero. En palabras más sencillas un fideicomiso es un contrato en el que una persona destina ciertos bienes a un fin lícito.

Las principales partes que intervienen en este contrato son:

Fideicomitente: es quien realiza el fideicomiso y transmite la propiedad del o los bienes.

Fiduciario: es la persona destinada para ser el titular del patrimonio. Únicamente pueden cumplir este rol las instituciones autorizadas por la Ley General de Instituciones de Crédito.

Fideicomisario o beneficiario: como su nombre lo dice, es el beneficiario quien al termino de fideicomiso recibirá los bienes administrados.

Existen tres tipos de fideicomisos, el de administración, de inversión y de garantía.

Las ventajas de los fideicomisos

Las ventajas dependerán del tipo de fideicomiso y las cláusulas que tenga cada uno, sin embrago existen algunas que son muy generales y pueden estar en la mayoría.

Los bienes que se administran son inembargables

  • Hay auditorias y contabilidades independientes
  • Beneficios tributarios
  • Pueden utilizarse para cualquier situación siempre y cuando sean actos lícitos

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